Las sociedades menos desarrolladas, dónde la fuerza física
sigue siendo considerada una cualidad de superioridad, a falta de otras mejores, son las que más actos de violencia
contra personas más débiles físicamente (casi siempre mujeres y niños) arrojan.
Los violentos suelen ser personas que proyectan en forma de golpes e insultos sus miedos, inseguridades e
insatisfacciones contra aquell@s que no podrán responder en igualdad de
condiciones. Lo que, además, pone de manifiesto no sólo la inferioridad y falta
de seguridad y autoconfianza del violento sino su cobardía, ya que no elige como
contrincante a alguien de una fuerza similar o superior que podría devolver sus
golpes, sino a aquellas personas que sabe no pueden ser rivales para él.
La ONU recoge lo que se entiende por Violencia Contra la
Mujer, pero tal vez sería necesario revisarlo (por las connotaciones
psicológicas en la sociedad) por Violencia contra los más débiles, dejando claro el perfil del violento como el
de un ser superior físicamente pero inferior y poco desarrollado en otros aspectos.
Tal vez dando la vuelta al concepto sería más fácil mentalizarnos para llevar a
cabo el cambio que la humanidad necesita.
De momento:
El artículo 1 de la
Declaración sobre la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer de Naciones
Unidas (1993) se define como “todo acto
de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga, o pueda
tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para
las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación
arbitraria de libertad, tanto si se produce en la vida pública o privada”.
El artículo 2 explica que se entenderá como violencia contra las
mujeres:
(a)
La violencia física, sexual y psicológica que se produzca en la familia,
incluidos los malos tratos, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la
violencia relacionada con la dote, la violación por el marido, la mutilación
genital femenina y otras prácticas tradicionales nocivas para la mujer.
(b)
La violencia física, sexual y psicológica perpetrada dentro de la comunidad en
general, inclusive la violación, el abuso sexual, el acoso y la intimidación
sexuales en el trabajo, en instituciones educacionales y en otros lugares, la
trata de mujeres y la prostitución forzada.
(c)
La violencia física, sexual y psicológica perpetrada o tolerada por el Estado,
donde quiera que ocurra.
Gracias Carmen siempre es un placer leer todo lo que tu escribes y vives intensamente en ello, gracias por toda tu amistad un beso .
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